Robert Johnson: el músico que VENDIÓ SU ALMA al diablo para alcanzar el éxito

A lo largo de la historia, los estigmas de los géneros musicales han provocado que se generen mitos al rededor de algunos de los artistas más reconocidos. Tal es el caso de la insólita historia triunfal de Robert Johnson, el cantante que, se dice, vendió su alma al diablo para llegar a la cima del éxito. 

Robert Leroy Johnson, mejor conocido como Robert Johnson, nació un 8 de mayo de 1911 en Hazlehurst, Misisipi. Es considerado el "El Abuelo del Rock And Roll" debido a sus contribuciones musicales y a la influencia que tuvieron sus composiciones en generaciones artísticas posteriores. 

Sin embargo, su camino a la consolidación artística se vio fuertemente obstaculizado. A pesar de que se conoce muy poco sobre su vida, sabemos que era de ascendencia afroamericana y que trabajaba en las esclavizantes jornadas de los campos de algodón. Aunado a eso, vivió constantemente atormentado por el maltrato de su padrastro, entonces encontró en la música una vía de catarsis para sus problemas. 

Robert Johnson, el músico que VENDIÓ SU ALMA al diablo para alcanzar el éxito

Desde niño siempre mostró su interés en la música y logró empezar a cumplir su sueño tocando en las plantaciones de Dockery a las afueras de Robinsonville, en dónde se reunían también otros músicos para compartir sus composiciones y liberarse de la oprimente cotidianidad. 

A pesar de ello, Misisipi era en ese entonces un lugar muy peligroso para la población afroamericana y sobre todo para los artistas del blues, debido al racismo y a que consideraban que el género era una expresión artística del diablo, pues distraía a los hombres de sus obligaciones eclesiásticas. 

Pero las tragedias en la vida de Robert Johnson no pararon ahí, pues después de contraer matrimonio con Virginia Travis en febrero de 1929, ella fallecería en abril de 1930 durante el parto de su primer hijo. La pasión por el blues que tenía Robert fue señalada como la responsable de este doloroso acontecimiento. 

Se dice que Johnson, después de decidir enfocarse de lleno a su carrera musical, empezó a tocar en bares y escenarios pequeños de la región. Sin embargo, el público no lo recibió muy bien y tras cientos de abucheos, despareció misteriosamente para demostrarles a todos de lo que era capaz. 

Aproximadamente un año y medio después, regresó a la escena y la audiencia, tras escucharlo tocar de nuevo, enloqueció y comenzó a aclamar la manera en la que Robert Johnson tocaba la guitarra. Su éxito rotundo en los escenarios del sur de Estados Unidos, le permitieron inmortalizar su legado artístico en 42 grabaciones realizadas entre 1936 y 1937. 

Nunca se supo que fue lo que hizo para poder alcanzar una posición relevante en la historia de la música. Sin embargo, se rumora que tuvo un encuentro con el Diablo en un ritual de encrucijada, quién le ofreció una guitarra maldita y extraordinaria a cambio de su alma. A partir de esto comenzó el mito de el "Rey del Blues del Delta", mismo que acentúo su misticismo tras su muerte por causas completamente desconocidas a los 27 años, el 16 de agosto de 1938.

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